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Hace poco leí un artículo sobre un nuevo estudio publicado en junio de 2020 en la revista Health Communication. Este estudio demuestra cómo el aborto químico perjudica a las mujeres. Aunque el número total de abortos en EEUU está disminuyendo, los abortos farmacológicos (o químicos) están aumentando. Los proveedores de abortos están pasando de los abortos quirúrgicos en el consultorio a las interrupciones por medicamentos recetados que la mujer se toma en casa con una asistencia clínica limitada.
Según el estudio, estos abortos químicos provocan un mayor número de complicaciones, con más visitas a urgencias. Así pues, dado que 1 de cada 4 mujeres en EEUU tendrá un aborto antes de los 45 años, la preocupación obvia por la salud médica es apropiada. Sin embargo, quizá una preocupación aún mayor sea la salud emocional de estas mujeres, y éste es el enfoque detallado del estudio de caso.
La naturaleza solitaria del proceso de aborto farmacológico abre la puerta a más traumas emocionales. Aunque este procedimiento no es nuevo, se han realizado pocas investigaciones sobre las experiencias personales de las mujeres con los abortos farmacológicos/químicos. Las mujeres que participaron en el estudio dijeron cosas como:
“Sentí cómo salía”.
“Sentí mucho dolor en el suelo del baño”.
“Sabía que podía haber coágulos de sangre, pero nada podría haberme preparado para ver su cuerpo. Era del color de mi propia piel, y empezaba a parecer una persona”
“Me atormentaba la imagen de mi pequeño bebé. Siempre lo estaré. Me corté y quise morir”.
Este trauma emocional es real, y rara vez se habla de él con las mujeres antes de un aborto químico.
– No es de extrañar que el 83% de las mujeres de este estudio afirmaran que su aborto químico las cambió.
– No es de extrañar que el 77% declarara explícitamente en este estudio que se arrepentía de su decisión.
– No es de extrañar que el 38% declarara tener problemas de ansiedad, depresión, drogadicción y pensamientos suicidas como consecuencia del aborto.
Ya no podemos permitirnos estar desinformadas sobre los problemas que se derivarán de un aborto farmacológico. Debemos estar informadas y debemos educar a los demás. El estigma y el miedo siguen forzando a las mujeres al secretismo y la vergüenza, y sabemos que el secretismo conduce a un peor afrontamiento, a un mayor aislamiento y a la falta de apoyo social.
Una de las conclusiones más interesantes del estudio es que muchas de las mujeres declararon que no se dieron cuenta de que tenían otras opciones hasta después de abortar. La cultura de “mi cuerpo, mi elección” ha lavado el cerebro a las mujeres durante años, y ahora es nuestra responsabilidad tener las herramientas adecuadas para entablar una conversación con una futura madre sobre sus otras opciones de crianza o adopción.
Tómate tu tiempo para leer el artículo completo aquí. Infórmate. Ayúdala a conocer TODAS sus opciones. Una vida depende de ello.
–Sandra Pickett, Directora Ejecutiva
**¡Si has tomado recientemente la píldora abortiva hay esperanza! Llama a la línea de reversión de la píldora abortiva al 800-712-4357.**
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