[et_pb_section fb_built=»1″ admin_label=»section» _builder_version=»4.16″ global_colors_info=»{}» theme_builder_area=»post_content»][et_pb_row admin_label=»row» _builder_version=»4.16″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat» global_colors_info=»{}» theme_builder_area=»post_content»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»4.16″ custom_padding=»|||» global_colors_info=»{}» custom_padding__hover=»|||» theme_builder_area=»post_content»][et_pb_post_title meta=»off» featured_image=»off» _builder_version=»4.23.1″ _module_preset=»default» title_level=»h2″ title_font=»|||on|||||» title_text_color=»#000000″ title_font_size=»42px» hover_enabled=»0″ global_colors_info=»{}» theme_builder_area=»post_content» sticky_enabled=»0″][/et_pb_post_title][et_pb_image src=»https://newlifeadopt.com/wp-content/uploads/2022/06/photo-1529331548822-977d3d9eb0f9-960w.webp» title_text=»photo-1529331548822-977d3d9eb0f9-960w» align=»center» _builder_version=»4.17.4″ _module_preset=»default» global_colors_info=»{}» theme_builder_area=»post_content»][/et_pb_image][et_pb_text _builder_version=»4.17.4″ _module_preset=»default» text_orientation=»left» global_colors_info=»{}» theme_builder_area=»post_content»]
Una de las experiencias más difíciles en el viaje de la adopción es navegar por una colocación fallida.
La familia Jones* había sido elegida por una futura mamá llamada Delilah*, que salía de cuentas en abril. Se habían visto unas cuantas veces y habían entablado una relación con ella antes de que naciera el bebé. Poco después del parto, la madre biológica me dijo que había cambiado de opinión sobre la adopción, que deseaba ser madre. A la familia Jones se le rompió el corazón. Les dimos tiempo para llorar y rezar por el momento de volver a mostrar su perfil. Tres meses después, recibimos una llamada de Elizabeth*, que quería colocar a su hijo de tres meses con una familia adoptiva. ¡Y eligió a la familia Jones! Lo bonito de esto es que, si hubiera acudido a nosotros en abril o cuando aún estaba embarazada, los Jones habrían sido emparejados con Delilah y no se habría podido mostrar su perfil a Elizabeth.
Es lamentable que, en ocasiones, las familias pasen por colocaciones fallidas, pero Dios sigue obrando en medio de todo ello. Siempre está trabajando en nuestra espera. La palabra “espera” aparece en la Biblia más de 100 veces. Y por una buena razón; necesitamos este recordatorio. Como humanos, queremos que las cosas sucedan en nuestro propio tiempo. Pensamos: “Creía que esto ya habría ocurrido”, o incluso: “Dios, ¿por qué me ocultas esto ahora?”.
En el proceso de adopción, las parejas primero esperan a ser elegidas, luego esperan a que nazca el bebé y, normalmente, esperan en el hospital a que se produzca la colocación real. Si la colocación fracasa, volverán a empezar la espera. Sin embargo, una y otra vez he sido testigo del momento absolutamente perfecto de Dios para colocar a un niño con una familia adoptiva.
En los últimos años, viendo a estas familias soportar la espera, me he dado cuenta de algunas cosas:
1) Su tiempo no es nuestro tiempo; Sus maneras de hacer las cosas no son como las nuestras (Isaías 55:8).
2) No nos rechaza si Le buscamos (Salmo 84:11).
3) Es de suma importancia que confiemos en Él y en Sus métodos más que en nuestro propio entendimiento (Proverbios 3:5-6).
4) Él ya sabe cuál es el resultado, y tiene un plan para nosotros (Jeremías 29:11).
5) Está cerca de nosotros y escucha los deseos de nuestro corazón (Salmo 145:18).
Estoy muy agradecida a Dios, que tiene en cuenta nuestros intereses, que tiene el momento perfecto y que, durante este periodo de espera, podemos fortalecer nuestra relación con Él aprendiendo a confiar en Él. Y al final, miraremos atrás y veremos Su fidelidad hacia nosotros.
— Asheton Fearing, Trabajadora Social
*No es su nombre real
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]